sábado, 19 de noviembre de 2011

A Ti levanto mis ojos

 Por Antonio DIZ TORTAJADA (sacerdote - periodista - poeta)
A ti, Señor, levantamos nuestros ojos
a ti que habitas en el cielo
y entre los hijos de los hombres.
... Levantamos nuestros ojos
de donde viene nuestra esperanza.
La esperanza nos llega
a borbotones de tu inmernso amor,
de que no te olvides nunca de nosotros.
Muchos hombres ponen su esperanza
en que tengan suerte en el juego,
en que todo les salga bien,
en la solución de sus problemas.
Nuestra esperanza es pronunciar tu nombre.
Nuestra alegría se llama conocerte,
saber de tu bondad infinita,
más allá de donde alcanza nuestra razón.
Tu eres una puerta abierta,
una ventana llena de luz.
Cuando los hombres nos miran,
nos preguntan por qué seguimos creyendo,
por qué tú sigues siendo nuestra esperanza,
nos decimos:
si te conocieran,
si supieran sólo un poco de ti,
si ellos descubrieran lo que tú nos has hecho
estamos seguros de que no dirían lo que dicen,
pues tú eres maravilloso,
acoges nuestros pies cansados.
Por eso, por todo y por siempre,
tu, Señor, eres nuestra esperanza.
Amén

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