viernes, 25 de noviembre de 2011

A LAS TRES EN PUNTO DE LA TARDE

Un poema de Antonio DÍAZ TORTAJADA (sacerdote - periodista - poeta)

La tarde se quedó desvanecida, oscura y triste
a las tres en punto de la tarde.
La lágrima y el llanto se hizo nube y densa niebla
a las tres en punto de la tarde.
Sollozaron geranios y claveles en todos los balcones
a las tres en punto de la tarde.
Los bencejos huyeron en bandadas a otros climas
a las tres en punto de la tarde.
Se rasgaron los velos del mar secreto
a las tres en punto de la tarde.
Se rompieron los dientes los peñascos
a las tres en punto de la tarde.
Los muertos no aguantaron mas tiempo en sus tumbas
a las tres en punto de la tarde
La tierra se movió de aquí para allá como un borracho
a las tres en punto de la tarde.
Los hombres anduvieron tropezando como ciegos
a las tres en punto de la tarde.
Sonaron los cláxons ensordecedores y las trompetas alocadas
a las tres en punto de la tarde.
Se enrollaron los cielos como un libro
a las tres en punto de la tarde.
De sangre roja se cubrió la luna blanca
a las tres en punto de la tarde
Se afilaron las hoces en los campos y barbechos
a las tres en punto de la tarde.
Y el vino se desbordó de los lagares y se esparramó
a las tres en punto de la tarde.
Crujieron las encinas ylos cedros de Basán
a las tres en punto de la tarde.
Se cayeron las almenas y las torres y prominentes
a las tres en punto de la tarde.
Y las naves de Tharsis se quemaron
a las tres en punto de la tarde.
Dios conquistó la tierra y el cielo renovado
a las tres en punto de la tarde.
La muerte se escapó de los sepulcros para no volver
a las tres en punto de la tarde.
La vida floreció de primavera y estío
a las tres en punto de la tarde.
Tras la muerte de Jesús crucificado en el Gólgota
a las tres en punto de la tarde.

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