miércoles, 30 de noviembre de 2011

Poema de la Corona de Adviento

Autor: P. Rufino María Grández, ofmcap.


1. Corona de Adviento,
verdor de esperanza,
al Verbo Encarnado
la Iglesia proclama.
Con ramas fragantes,
con fúlgidas lámparas
con la poesía
nacida en las almas.

2. Corona de Dios
que Él mismo regala:
el Hijo del Rey
su Boda prepara.
Corona de triunfo
que espera en la patria,
el fin del Adviento
será nuestra Pascua.


Lámpara del primer domingo de Adviento
Evangelios: Mt 24,37-44; Mc 13,33-37; Lc 21,25-28.34-36

3. Con lámparas vivas
salid a su encuentro;
es Cristo que viene
con gloria en su reino.
Señor de la historia
y juez de los tiempos;
vendrá con sus santos,
la cruz por trofeo.

4. De todos los hombres
el Hijo más bello,
Esposo divino,
la gloria del cielo.
De Dios Trinidad,
Jesús Heredero,
Hermano entre hermanos,
Jesús primogénito.


Lámpara del segundo domingo de Adviento
Evangelios: Mt 3,1-11; Mc 1,1-8; Lc 3,1-6

5. Haced penitencia
clamaba el Bautista,
con firmes propósitos
que cambien la vida.
Dejad los pecados,
rencores y envidias;
matad viejos odios
y toda injusticia.

6. Quien tenga dos túnicas
comparta y divida;
y al pobre y hambriento
le lleve comida.
Yo soy mensajero,
yo soy voz que grita:
quien viene detrás
él es el Mesías.


Lámpara del tercer domingo de Adviento
Evangelios: Mt 11,2-11; Jn 1,6-8. 19-28; Lc 3,10-18

7. Marchad y anunciad
a todos los vientos,
las misericordias
que en Él estáis viendo:
los ciegos y cojos
ya danzan contentos;
y de los sepulcros
se yerguen los muertos.

8. Es Cristo Mesías
en su Advenimiento:
llegó la alegría
en el sufrimiento;
Jesús Redentor
cambió el universo;
:Adán ha llorado:
¡termine el lamento!


Lámpara del cuarto domingo de Adviento
Evangelios: Mt 1,18-24; Lc 1,26-38; Lc 1,39-45

9. La Virgen María
se siente a la espera,
y adora en silencio
a Dios a quien lleva.
A ella cantaron
los santos profetas;
los pobres y humildes
marcaban la huella.

10. Oh Madre purísima,
de suma belleza,
tu seno es la cuna
del Verbo que llega.
Y tú eres, oh Madre,
la llave y la Puerta:
por santa María
Dios es carne nuestra.


Puebla de los Ángeles (México),
21 noviembre 2011.

A la Inmaculada (30 de Noviembre de 2011)

Autor: Bruno Moreno Ramos

Mirad hoy, resplandeciente,
a la Reina celestial.
Mirad cómo tiembla el mal
y se esconde la serpiente.

Vestida de sol ardiente,
la luna por pedestal
y, cual corona nupcial,
doce estrellas en la frente.

Es la Sierva y la Señora,
la Virgen profetizada,
del Sol naciente la Aurora.

Viene de gracia colmada,
pues su Hijo, en buena hora,
quiso hacerla Inmaculada.

HIMNO DEL ISO (Instituto Social Obrero)

(Musica Joaquín Rodrigo)
(Del Libro 'Església i món obrer a València' de Josep Martí Ferrando)


Levantemos, obreros el alma
a la vista de un mundo mejor.
La Justicia Social será un hecho
si luchamos con nervio y tesón.

Bajo el signo de amor entre hermanos,
con el lema: :"JUSTICIA Y VERDAD"
impondremos un orden humano
empujados por nuevo ideal.

Nuestro empeño, la Justicia
nuestro móvil, el amor;
nuestra fuerza, la conducta
de hombres fieles a su honor.

Apretemos las filas, obreros
para el logro de idéntico afán:
ni una vida sin medio adecuado
de crear por sí misma un hogar.

Ni un hogar sin calor y sin techo,
y ni un cuerpo sin ropa y sin pan;
sin consuelo y amor ningún pecho,
ni una mente sin luz de verdad.

Nuestro empeño, la Justicia
nuestro móvil, el amor;
nuestra fuerza, la conducta
de hombres fieles a su honor.

(ver también esta noticia en: apuntesdelcanyamelar.blogspot.com)

martes, 29 de noviembre de 2011

A LA INMACULADA CONCEPCIÓN (29 de Noviembre - Primer Día de la Novena)

 Por: Fray Damián de Vegas

Reina de los serafines,
por qué no pornán las gentes,
principios muy diferentes
en los diferentes fines?
Los que os dan un fin tan alto
como ser Madre de Dios,
¿por qué imaginan en vos
principio imperfecto y falto?
¿Por qué nos igualaremos
con vos los que delinquimos,
que en culpa nos concebimos
e hijos de ira nacemos?
¿Por qué hija de ira vos,
siendo Madre sin ofensa,
de la mansedumbre inmensa
que es el Cordero de Dios?
¿Por qué, Madre de desgracia,
formada en la iniquidad,
la Madre de la bondad
y la fuente de la gracia?
¿Por qué había Dios de hacella
de material enfermizo,
la que él medicina hizo
para cuantos van a ella?
¿Por qué daría al través,
ni con Adán erraría
laque el camino y la guía,
de aquellos que yerran es?
Ved: ¿La noche con el día?
¿Qué tienen que ver ahora,
las tinieblas con la aurora
ni el pecado con María?
¿Lo manchado de alto arriba
con la que no tiene mota,
la cisterna seca y rota
con el pozo de agua viva?
¿La puerta oriental del cielo
con la espelunca infernal,
ni el trono y silla real
con el hollado escabelo?
¿Qué la espina con la rosa;
qué con la paloma el cuervo;
qué el agraz crudo y acerbo
con la manzana sabrosa?
¿Qué con el oro más puro
el metal envilecido,
ni qué el paredón caído
con la fuerte casa y muro?
¿Qué el rico montón de trigo
con la pedriza escabrosa,
ni qué la vid abundosa
con el loco cabrahigo?
¿Quién del Líbano la nieve,
de mortal pie no tocada,
compara a la escarcha hollada,
a que todo pie se atreve?
Fuera mala ceremonia
poner en un mismo andén
la Flor de Jerusalén
con la hez de Babilonia.
¿Quién osara comparar
la lóbrega sombra y negra
con el lucero, que alegra
cielo y aire, tierra y mar?
¿Ni con el áspera ortiga
el lirio blando oloroso,
ni el dulce abrazo amoroso
con la agresión enemiga?
Ni la ingrata y enfadosa
sierva ha de ser comparada
con la por extremo amada,
singular Hija y Esposa.
¿Quién no ve que juzga mal,
si por un mismo sendero
lleva al milano ratero con
el águila caudal?
¿Qué igualdad sería ésta,
tan injusta y desmedida,
la cambronera abatida
con el cedro o palma enhiesta?
¿La fuente de agua que corre,
con la estante y enfermiza,
o la caña movediza
con la ebúrnea y firme torre?
¿Quién, si no de seso falto,
medirá con un compás
los antros de Satanás
y el Templo de Dios muy alto?
¿Ni quién el panal de miel
con la hiel compararía,
ni la desgraciada Lía
con la hermosa Raquel?
¿Quién el Paraíso santo
de deleites comparalle
osaría con el valle
de lágrimas y de llanto?
¿O quién la zarza, que al suelo
tuerce el paso comentado,
con el ciprés levantado,
que sube derecho al cielo?
¿Quién la muy dulce vianda
con la hiel de los dragones,
ni el bramar de los leones
con la voz suave y blanda?
¿Quién el estiércol podrido,
ni el cuerpo inerte medroso,
con el bálsamo oloroso
y cinamomo florido?
¿Ni el peligroso desierto,
de abrojos y sierpes lleno,
con el huerto muy ameno,
de flor y fruta cubierto?
Madre del inmenso Dios,
¿quién, si todo os queda atrás,
mide a vos con los demás?
¿Quién a los demás con vos?
¿Qué fuerza, qué persuasión
habían de ser bastantes,
para juzgar semejantes
vuestra y nuestra Concepción?
Pues sola a vos importaba
principio más generoso,
por alteza del Esposo
divino, que os esperaba.
El cual, como se encendía,
de amor, de tan milagrosa
beldad: toda eras hermosa,
amiga mía, decía.
Toda hermosa os llama allí,
porque nunca a os afeó
la culpa, y así añadió
Ninguna mancha hay en ti.
Porque en vos, Virgen Real,
ninguna culpa fué hallada,
ni adquirida, ni heredada,
ni actual, ni original.
Que a ser en algo viciosa
Vuestra Concepción Sagrada,
no fuérades de él llamada
toda limpia, y toda hermosa.
Toda, y del todo perfecta,
sois, pues, Señora, de modo,
que siendo perfecta en todo,
en nada sois imperfecta.
Esto, ¿quién lo negaría,
cuando vuestro Esposo Santo
por excelencia en su canto
os llama perfecta mía?
Por donde os llamamos bien,
¡oh Virgen maravillosa!,
toda en el cuerpo hermosa,
toda en el alma también.
Toda, en toda perfección
de pureza y de beldad,
toda en la Natividad
y toda en la Concepción.
Con aquesta fe sincera,
Virgen, vivo y moriré
rogando en la misma fe,
que todo hombre viva y muera.
Y con esto el hilo añudo,
porque en el silencio creo
podrá acabar el deseo
lo que la lengua no pudo.

viernes, 25 de noviembre de 2011

A LAS TRES EN PUNTO DE LA TARDE

Un poema de Antonio DÍAZ TORTAJADA (sacerdote - periodista - poeta)

La tarde se quedó desvanecida, oscura y triste
a las tres en punto de la tarde.
La lágrima y el llanto se hizo nube y densa niebla
a las tres en punto de la tarde.
Sollozaron geranios y claveles en todos los balcones
a las tres en punto de la tarde.
Los bencejos huyeron en bandadas a otros climas
a las tres en punto de la tarde.
Se rasgaron los velos del mar secreto
a las tres en punto de la tarde.
Se rompieron los dientes los peñascos
a las tres en punto de la tarde.
Los muertos no aguantaron mas tiempo en sus tumbas
a las tres en punto de la tarde
La tierra se movió de aquí para allá como un borracho
a las tres en punto de la tarde.
Los hombres anduvieron tropezando como ciegos
a las tres en punto de la tarde.
Sonaron los cláxons ensordecedores y las trompetas alocadas
a las tres en punto de la tarde.
Se enrollaron los cielos como un libro
a las tres en punto de la tarde.
De sangre roja se cubrió la luna blanca
a las tres en punto de la tarde
Se afilaron las hoces en los campos y barbechos
a las tres en punto de la tarde.
Y el vino se desbordó de los lagares y se esparramó
a las tres en punto de la tarde.
Crujieron las encinas ylos cedros de Basán
a las tres en punto de la tarde.
Se cayeron las almenas y las torres y prominentes
a las tres en punto de la tarde.
Y las naves de Tharsis se quemaron
a las tres en punto de la tarde.
Dios conquistó la tierra y el cielo renovado
a las tres en punto de la tarde.
La muerte se escapó de los sepulcros para no volver
a las tres en punto de la tarde.
La vida floreció de primavera y estío
a las tres en punto de la tarde.
Tras la muerte de Jesús crucificado en el Gólgota
a las tres en punto de la tarde.

miércoles, 23 de noviembre de 2011

Ante el DÍa Internacional Contra la Violencia de Género

Autor: Rafael Navarro (publicado en GLOBEDIA)


Padre Nuestro que estas en la tierra y que no te veo

si no me cuentas cuentos, porque no tienes la custodia

Padre Nuestro que te hecho de menos,

que tengo ansiedad y desconsuelo.

Padre mio que estas clavado en medio de la nada,

solo y usado, sin hijo, sin hogar y con rabia.

Padre Nuestro que vistes elegante, que cuidabas el hogar

que íbamos de viaje familiar y me calentabas la leche

y que ahora estas con corona de espinas y clavos ardientes

ya que no puedes venir a verme

Ruego Pueblo Nuestro que mi generación esta rota

que seremos jóvenes triste por injusticias, mentiras, falsedades y cobardías.

El sábado me enseñabas a pedalear,

El domingo a pintar de azul el mar,

de verde y ocre los montes valles y prados.

Para todos los padres buenos, que somos muchos

y que pierden trabajos por estar con sus querido hijos, universitarios, guerreros y obreros

y que Padre Nuestro que me limpiabas los mocos,

me lavabas la cara y me dabas dulces desayunos de mañana,

y me llevabas al cole,

Padre mio te espero en cualquier esquina,

con el arco iris de la tarde,

a la salida del colegio

o el fin de semana que deseo reunirme contigo

y hablar de los estudios, de los juegos perdido contigo

y de lo que no comprendo

Padre nuestro te sigo necesitando, te respeto y te quiero.

martes, 22 de noviembre de 2011

EL POEMA DE NARCISO YEPES (22 de Noviembre de 2011)

Para quien realmente toco es para Dios.
El público no lo advierte, pero Dios y yo si.

Más que mi música, lo que le gusta es
que yo le dedique mi atención, mi sensibilidad,
mi esfuerzo, mi arte, mi trabajo.

Y además, ciertamente,
tocar instrumento lo mejor que uno sabe
y ser consciente de la presencia de dios,
es una forma maravillosa de rezar, de orar.

Lo tengo bien experimentado

sábado, 19 de noviembre de 2011

A Ti levanto mis ojos

 Por Antonio DIZ TORTAJADA (sacerdote - periodista - poeta)
A ti, Señor, levantamos nuestros ojos
a ti que habitas en el cielo
y entre los hijos de los hombres.
... Levantamos nuestros ojos
de donde viene nuestra esperanza.
La esperanza nos llega
a borbotones de tu inmernso amor,
de que no te olvides nunca de nosotros.
Muchos hombres ponen su esperanza
en que tengan suerte en el juego,
en que todo les salga bien,
en la solución de sus problemas.
Nuestra esperanza es pronunciar tu nombre.
Nuestra alegría se llama conocerte,
saber de tu bondad infinita,
más allá de donde alcanza nuestra razón.
Tu eres una puerta abierta,
una ventana llena de luz.
Cuando los hombres nos miran,
nos preguntan por qué seguimos creyendo,
por qué tú sigues siendo nuestra esperanza,
nos decimos:
si te conocieran,
si supieran sólo un poco de ti,
si ellos descubrieran lo que tú nos has hecho
estamos seguros de que no dirían lo que dicen,
pues tú eres maravilloso,
acoges nuestros pies cansados.
Por eso, por todo y por siempre,
tu, Señor, eres nuestra esperanza.
Amén

UN POEMA DE CIPRIANO

La voluntad de Dios es la que Cristo cumplió y enseñó:
la humildad en la conducta, la firmeza en la fe,
el respeto en las palabras, la rectitud en las acciones,
la misericordía en las obras, la moderación en las costumbres.

No hacer agravio a los demás y tolerar el que nos hacen a nosotros,
conservar la paz con nuestros hermanos,
amar al Señor de todo corazón, no anteponer nada a Cristo,
mantenernos inseparablemente unidos a su amor,
estar junto a su cruz con fortaleza y confianza.

Cuando está en juego su nombre y su honor,
mostrar en nuestras palabras la constancia de la fe que profesamos;
en los tormentos, la confianza con  que luchamos;
y en la muerte, la paciencia que nos obtiene la corona.

Un poema de Tomás de Kempis

Hijo, no todo deseo procede del Espíritu Santo,
aunque al hombre le parezca justo y bueno.

Dificultoso es juzgar con verdad si te incita buen espíritu o malo
a desear esto o aquello, o si te mueve tu propio espíritu.

Muchos que al principio parecían movidos por el buen espíritu,
se encuentran engañados al fín.

Por eso siempre se debe desear y pedir temor de Dios
y humildad de corazón cualquier cosa apetecible que ocurra
al pensamiento y, sobre todo, encomendarlo todo a mí diciendo:

"Señor tu sabes lo que es mejor; haz esto o aquello según te agrade.
Lo que quieras, cuanto quieras y cuando quieras.
Ponme donde quieras y dispón de mí libremente en todo.
En tus manos estoy; vuelveme y revuélveme a la redonda.
Aquí estoy dispuesto a todo, porque no deseo, Señor,
vivir para mi sino para tí: ¡ojalá que sea digna y perfectamente!.

jueves, 17 de noviembre de 2011

Un poema de Rabindranaz Tagore

Mujer, no eres solo obra de Dios;
los hombres te están creando eternamente,
con la hermosura de sus corazones,
... y sus ansias han vestido de gloria tu juventud.

Por ti labra el poeta su tela de oro imaginaria;
el pintor regala a tu forma, día a día, nueva inmortalidad.

Por adornarte, por vestirte, para hacerte más preciosa,
el mar da sus perlas, la tierra su oro, su flor los jardines del estío.

Mujer, eres mitad mujer y mitad sueño.

martes, 1 de noviembre de 2011

A vosotros Santos sin 'San'

Por Antonio DIAZ TORTAJADA (Sacerdote-periodista-poeta)

Queridos amigos de Dios: Todos los santos,
hoy es vuestra fiesta y es nuestra fiesta.
Muchas gracias por ser como nosotros somos.
Muchas gracias por ser de los nuestros.
Vosotros sois santos
porque en el llanto derramasteis tantas sonrisas:
Vuestra música fue la alegría
Vosotros sois santos
porque, en la persecución, fuisteis valientes:
Vuestra virtud fue la fortaleza.
Vosotros sois santos
porque, en la violencia, sembrasteis paz:
Vuestro pregón fue la fraternidad.
Vosotros sois santos
porque, en la pequeñez, os sentisteis dichosos:
Vuestra grandeza fue la humildad.
Vosotros sois santos
porque, en la pobreza, hallasteis la riqueza:
Vuestro tesoro fue la conformidad.
Vosotros sois santos
porque, en la incomprensión, buscasteis a Dios:
Vuestro refugio fue la paciencia.
Vosotros sois santos
porque, mientras otros pensaban que estabais equivocados,
no os alejasteis del camino de la fe:
Vuestra palabra fue el mundo al revés.
Vosotros sois santos
porque, en el ser, alcanzasteis la felicidad:
Sonreíd porque, vuestro mensaje, fue el amar y el ser amados.
Vosotros sois santos
porque, en el corazón, dejasteis crecer la pobreza:
Cantad, porque vuestra riqueza fue Cristo.
No nacisteis ni vivisteis permanentemente en el cielo,
pero, en este día, nos infundís ánimo para creer y esperar
o amar y soñar con los pies siempre en la tierra.
Gracias porque, siendo santos, sois de los nuestros
formados en carne y hueso, llorasteis y soñasteis
o, caminando por los senderos de nuestro mundo,
supisteis siempre apostar por la plenitud de Dios
siendo sembradores de la justicia y de la paz.
Gracias, un día más, porque nos enseñáis con vuestra vida
fiel al Evangelio a ser amigos de Dios.
Habéis llegado a vuestro triunfo,
a la gloria que Dios os tiene preparada,
al trofeo que reluce más que el oro y la plata
a la felicidad que por siempre permanece viva.
Gracias porque, siendo santos, sois de los nuestros.
Habéis ejercido como padres o madres,
como profesores o sacerdotes,
profesionales o religiosos contemplativos,
como niños o ancianos, jóvenes o consagrados,
abuelos o empresarios, pobres o ricos,
luchasteis con vuestro propio temperamento
por hacer de vuestra vida y con vuestra existencia
un canto a la alegría, al amor y a la esperanza.
Hoy queremos bendecir y festejar vuestra memoria,
todos los santos, que vivís con Dios sin el “san”.
Hombres y mujeres que, siendo débiles como nosotros,
no os conformasteis con vivir mirando siempre a ras de tierra.
Quisisteis construir debajo de vuestros pies
el cielo que tuvisteis sobre vuestras cabezas.
Gracias, muchas gracias, todos los santos
que vivís la gloria de Dios.
Gracias, por haber pertenecido a nuestras familias,
por haber sido de nuestra raza y no extraterrestres,
por haber sido humanos
y a la vez, tan divinos
por haber pasado de la tribulación al gozo eterno
por ser fieles en vuestra fe hasta el final de vuestros días
por interceder para que nosotros sigamos en el combate,
en ese camino que, Cristo ofrece a todos sus amigos,
a todos los que desean triunfar como Dios propone y gusta.
Gracias porque, siendo santos, nos recordáis
que fuisteis como nosotros….de los nuestros
Que es posible…ser santo. Amén.

¿POR QUIÉN TOCAN LAS CAMPANAS?

 Por Antonio Díaz Tortajada (Sacerdote - periodista - poeta)

¿Por quién tocan las campanas?
Por nosotros, cuando os hemos visto partir,
y nos habéis dejado luchando con lágrimas e inmersos en la pena.
Suenan las campanas, en tañido pausado,
porque sentimos que la vida, lejos de detenerse, avanza, irremediablemente avanza
restando días a los días que quedan en nuestra agenda.
Tocan las campanas, pero tan sólo en la tierra
porque, en el cielo, suenan trompetas festivas
acordes de triunfo con música de felices reencuentros
Porque, en el cielo, no tocan las campanas,
lo hacen en la tierra, cuando os despedimos.
Repiquetean en nuestro corazón, por haberos querido.
Interpelan en la conciencia,
si no hemos estado a la altura de las circunstancias.
Tocan para que no os olvidemos
Repican porque, somos los vivos,
los necesitados en un mundo huérfano de sonidos de esperanza
La campana llama a la oración y al agradecimiento.
La campana es convocatoria, hoy por vosotros,
y, tal vez mañana, por aquellos que hoy las escuchamos.
¡Que redoblen las campanas!
Porque, vuestro trabajo, ha merecido le pena.
Vuestra siembra, ha sido fecunda.
Vuestra presencia, fructífera.
Vuestra ausencia, insustituible y sentida.
Tañen las campanas, en la ciudad de los vivos.
en la orilla de aquellos cuyo corazón sigue latiendo.
Tañen las campanas, porque necesitamos recordaros
y, no olvidar, que la eternidad nos espera.
Tocan las campanas por ti, padre, que fuiste consejo.
Tocan las campanas por ti, madre, que me diste la vida.
Tocan las campanas por ti, joven, que no viste los ideales cumplidos.
Tocan las campanas por ti, niño, que no conociste la maldad.
Tocan las campanas por ti, anciano, que fuiste pozo de sabiduría.
Tocan las campanas por ti, sacerdote, que anunciaste el Reino de Dios.
Tocan las campanas por ti, pequeño, que no te dejaron nacer.
¿Por los que marcharon o por los que aquí quedamos?
Suenan por todos y para todos.
Por los que ya no pueden hablar, y tanto nos dijeron.
Por los que ya no pueden expresar su amor, y ¡cuánto nos aman!
Por los que creyeron, y nos enseñaron a confiar en Dios.
Por los que esperaron, y nos invitaron a no desesperar
Suenan, las campanas, por vosotros –queridos difuntos--
pero suenan para que no olvidemos
que un día, también con vosotros,
estamos llamados a compartir la misma suerte:
MORIR PARA RESUCITAR CON CRISTO.